Cada octubre trae consigo un ritmo familiar: todo lo que se vende en tiendas y cafeterías con especias de calabaza, además de una ola de recordatorios, seminarios web y listas de verificación en mi bandeja de entrada. Puede que Halloween esté a la vuelta de la esquina, pero para quienes nos dedicamos a la ciberseguridad, Mes de la concienciación sobre seguridad es el verdadero hito de la temporada.

No se equivoquen, como profesional de la seguridad, me encanta este mes. Lanzado por la CISA y la Alianza Nacional de Ciberseguridad en 2004, está diseñado para hacer de la seguridad una responsabilidad compartida. Ayuda a los ciudadanos comunes, las empresas y las agencias públicas a crear hábitos digitales más seguros. Y funciona. Llama la atención sobre el riesgo en sus múltiples formas, suscita conversaciones que de otro modo no se producirían y ayuda a los empleados a reconocer su interés personal en la seguridad de la organización y su influencia en ella.

Las iniciativas del Mes de la Concientización sobre la Seguridad aumentan la confianza, agudizan los instintos y mantienen la seguridad en la mente de todos... Es decir, hasta que las decoraciones navideñas empiecen a subir.

Después de eso, el impulso disminuye. La conciencia sin refuerzo se desvanece rápidamente. La gente sabe qué hacer, pero la presión diaria y los cambios en las prioridades hacen que vuelvan a aparecer contraseñas débiles, configuraciones incorrectas y cuentas no utilizadas. El verdadero progreso necesita una estructura que verifique lo que las personas recuerdan y detecte lo que se pierde: sistemas que validen continuamente la identidad, la configuración y los privilegios.

En este artículo, analizaré más de cerca por qué la conciencia por sí sola no puede soportar todo el peso de la seguridad y cómo la caza proactiva de amenazas cierra la brecha entre lo que sabemos y lo que realmente podemos prevenir.

Los límites de la conciencia

El Mes de la Concientización sobre la Seguridad destaca el lado humano de la defensa. Recuerda a los empleados que cada clic, credencial y conexión es importante. Ese enfoque tiene valor, y he visto a las organizaciones invertir mucho en campañas creativas que realmente cambian el comportamiento de los empleados.

Sin embargo, muchas de estas mismas organizaciones siguen sufriendo infracciones graves. La razón es que muchas infracciones comienzan en lugares a los que la formación simplemente no puede llegar. Los errores de configuración de seguridad por sí solos explican más de un tercio de todos los ciberincidentes y aproximadamente un cuarto de seguridad en la nube incidentes. La señal es clara: la conciencia tiene sus límites. Puede mejorar la toma de decisiones, pero no puede arreglar lo que la gente nunca ve.

Parte del problema es que las defensas tradicionales se centran principalmente en la detección y la respuesta. El EDR alerta sobre actividades sospechosas. El SIEM correlaciona los eventos una vez que ocurren. Los escáneres de vulnerabilidades identifican las debilidades conocidas. Estas herramientas funcionan principalmente en el lado derecho del Matriz de ciberdefensa , centrándose en las fases reactivas de la defensa.

La defensa eficaz tiene que empezar antes. El lado izquierdo proactivo de la Matriz (identificación y protección) debe basarse en garantías, no en suposiciones. La búsqueda proactiva de amenazas establece un mecanismo que proporciona estas garantías, lo que potencia el proceso que inicia la toma de conciencia. Crea un mecanismo que ofrece esas garantías, lo que potencia el proceso de toma de conciencia que se inicia. Busca los errores de configuración, las credenciales expuestas y los privilegios excesivos que crean oportunidades de ataque, y luego los elimina antes de que un adversario pueda aprovecharlos.

La búsqueda proactiva de amenazas cambia la ecuación

La mejor defensa comienza antes de la primera alerta. La búsqueda proactiva de amenazas identifica las condiciones que permiten que se produzca un ataque y las aborda de manera temprana. Hace que la seguridad pase de la observación pasiva a una comprensión clara de dónde se origina la exposición.

Este paso de la observación a la comprensión proactiva constituye el núcleo de un programa de seguridad moderno: la gestión continua de la exposición a las amenazas (CTEM). En lugar de un proyecto único, un programa de CTEM proporciona un marco estructurado y repetible para modelar continuamente las amenazas, validar los controles y proteger la empresa. Para las organizaciones preparadas para desarrollar esta capacidad, Una guía práctica para comenzar con CTEM ofrece una hoja de ruta clara.

Los atacantes ya siguen este modelo. Las campañas actuales, los actores de amenazas vinculan el uso indebido de la identidad, la reutilización de credenciales y el movimiento lateral en entornos híbridos a la velocidad de las máquinas. La automatización impulsada por la inteligencia artificial mapea y arma infraestructuras completas en cuestión de minutos. Los equipos que examinan sus entornos desde la perspectiva de un atacante pueden ver cómo pequeños descuidos se conectan con rutas de ataque completas, lo que permite a los atacantes abrirse paso entre las capas defensivas. Esto convierte los datos de riesgo dispersos en una imagen viva de cómo se desarrolla el compromiso y cómo detenerlo pronto.

Los defensores necesitan la profundidad de la visibilidad contextual que los atacantes ya poseen. La búsqueda proactiva de amenazas crea esa visibilidad, lo que permite estar preparados en tres etapas:

  1. Obtenga los datos correctos — Recopile las vulnerabilidades, el diseño de la red y los datos de conectividad, identidad (tanto el SSO como los datos almacenados en caché en los sistemas) y los datos de configuración de cada parte del entorno para crear una vista única centrada en el atacante. El objetivo es ver lo que vería un adversario, incluidas las credenciales débiles, las brechas en la postura frente a la nube y las relaciones de privilegio que crean puntos de entrada. Un gemelo digital ofrece una forma práctica de reproducir el entorno de forma segura y ver todas las exposiciones en un solo lugar.
  2. Mapea las rutas de ataque — Utilice el gemelo digital para conectar las exposiciones y los activos, ilustrando cómo un compromiso podría progresar en el medio ambiente e impactar en los sistemas críticos. Este mapeo revela las cadenas de explotación que importan. Sustituye las suposiciones por pruebas y muestra exactamente cómo varias exposiciones pequeñas convergen para formar una ruta de ataque.
  3. Priorizar según el impacto empresarial — Vincular cada ruta validada a los activos y procesos que respaldan las operaciones comerciales. En esta etapa, los hallazgos técnicos se traducen en riesgos empresariales, centrando la solución en las exposiciones que podrían causar la mayor disrupción empresarial. El resultado es la claridad: un conjunto de acciones verificadas y priorizadas que fortalecen directamente la resiliencia.

La conciencia es un elemento fundamental. Sin embargo, la búsqueda proactiva de amenazas brinda a los defensores algo que la conciencia por sí sola nunca podrá ofrecer: una prueba. Muestra exactamente cuál es la posición de la organización y con qué rapidez puede cerrar la brecha entre la visibilidad y la prevención.

De la conciencia a la preparación

El Mes de la Concientización sobre la Seguridad nos recuerda que la concientización es un paso esencial. Sin embargo, el verdadero progreso comienza cuando la conciencia lleva a la acción. La conciencia es tan poderosa como lo sean los sistemas que la miden y validan. La detección proactiva de amenazas convierte la conciencia en preparación, ya que centra la atención en lo que más importa: los puntos débiles que forman la base de los ataques del mañana.

La conciencia enseña a las personas a ver el riesgo. La búsqueda de amenazas demuestra si el riesgo aún existe. En conjunto, forman un ciclo continuo que mantiene la seguridad viable mucho después de que finalicen las campañas de sensibilización. Este mes de octubre, la pregunta para todas las organizaciones no es cuántos empleados completaron la capacitación, sino qué tan seguros están de que sus defensas se mantendrían hoy si alguien las pusiera a prueba. La conciencia fomenta la comprensión. La preparación brinda protección.

Nota: Este artículo fue escrito y contribuido por Jason Fruge , CISO residente, XM Cyber.

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